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Del dato clínico útil a la IA con propósito

27/10/25

Por:

Redacción

Se ve un mapa claro: interoperabilidad, IA responsable y transferencia clínica rápida

En apenas cinco días, España ha condensado un puñado de señales nítidas de hacia dónde va la innovación sanitaria: la digitalización con interoperabilidad real, la inteligencia artificial aplicada con criterio clínico y la validación en entorno asistencial como condición de éxito.


El 23 y 24 de octubre, Madrid acogió la quinta edición de la Digital Health Conference, un encuentro en el que reguladores, industria y startups debatieron la frontera entre innovación y seguridad del paciente. En Barcelona, la sesión “Digital Transformation in Health: Advancing Precision Medicine and Artificial Intelligence in Catalonia”, organizada por Bioinformatics Barcelona, puso el foco en datos, interoperabilidad, IA y capacitación profesional. Y en Granada, el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología (SEC 2025) subrayó el potencial de la innovación cardiovascular con una mirada multidisciplinar.


A todo ello se suman nuevas evidencias clínicas publicadas esta semana: un ensayo coordinado por IBIMA en Málaga que mejora la salud y el bienestar de pacientes con enfermedad renal crónica avanzada mediante educación nutricional, y un estudio exploratorio liderado por el CSIC y la Universidad Miguel Hernández que apunta a un diagnóstico genético temprano del párkinson en la Comunidad Valenciana.


Estos hitos se leen mejor juntos que por separado.


Primero, el dato clínico útil. Tanto en Madrid como en Barcelona, el discurso giró alrededor de cómo hacer operables los datos —no solo recopilarlos— para alimentar modelos de IA explicables e integrar la evidencia del mundo real en la toma de decisiones. La Digital Health Conference articuló precisamente ese equilibrio: innovar sin perder de vista la seguridad, alineando el avance de la IA, los datos del mundo real y las expectativas regulatorias.


Segundo, el salto a la clínica. La innovación sanitaria española está recordando que la prueba definitiva ocurre en planta. El SEC 2025 ha reunido a miles de profesionales en un foro que mezcla clínica, investigación y tecnología, un contexto donde validar soluciones cardiológicas con impacto en resultados y flujo asistencial.

El caso de IBIMA (Málaga) ilustra cómo un intervencionismo “low-tech” bien diseñado —educación nutricional estructurada— puede mejorar la salud y el bienestar en enfermedad renal avanzada. En un momento en que la IA acapara titulares, esta evidencia recuerda que innovar también es rediseñar el cuidado y escalar lo que funciona.


Tercero, biomarcadores y medicina de precisión. Desde Valencia llega una línea prometedora para detectar el párkinson antes de síntomas mediante análisis genético en sangre. Aunque el estudio es exploratorio, abre la puerta a cribados dirigidos, enrolamiento temprano en ensayos y estrategias neuroprotectoras antes de la clínica visible.

Con estas piezas, ¿dónde están las oportunidades para el sistema español?

  1. Gobernanza de datos con propósito clínico. Sin interoperabilidad y calidad de dato, no hay IA útil. A corto plazo, las comunidades que normalicen FHIR, definan modelos de consentimiento claros y habiliten entornos seguros de prueba serán las que más rápido conviertan proyectos piloto en protocolos asistenciales.

  2. IA explicable y evaluación continua. Innovar sin evaluar no sirve. España puede apoyarse en su red hospitalaria pública para desplegar evaluaciones pragmáticas con indicadores de resultados en salud, tiempos de espera y carga de trabajo clínica.

  3. Transferencia clínica en foros de especialidad. El SEC funciona como puerto de entrada para la innovación cardiovascular. Replicar esa curva de adopción en otras sociedades científicas aceleraría la capilaridad de nuevas herramientas.

  4. Intervenciones no tecnológicas con impacto. La educación y el rediseño del cuidado pueden liberar recursos y mejorar resultados en patologías crónicas. Escalar estas intervenciones es innovación tanto como un algoritmo de última generación.

  5. Biomarcadores tempranos y consorcios traslacionales. El trabajo del CSIC y la UMH sugiere un campo de juego donde España puede liderar ensayos multicentro y biobancos federados para detectar precozmente enfermedades neurodegenerativas.

Qué frena el avance. Persisten cuellos de botella: heterogeneidad de sistemas de información, déficit de perfiles híbridos (clínico-dato) y desalineación de incentivos entre compra pública, clínica y proveedores. La buena noticia es que los foros de esta semana han puesto la conversación correcta: regulación pragmática, datos útiles y seguridad del paciente al centro.


Para Innotiv, la conclusión operativa es clara: vincular proyectos con resultados a los ciclos de adopción que emanan de estos foros y priorizar iniciativas donde dato interoperable y piloto clínico se traduzcan en protocolo en menos de 12 meses. Innovación es implementación.

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